domingo, 26 de diciembre de 2010

Historias y ritmos para compartir

El agua, los libros y Gardel

El 2010 fue un periodo cargado de muchas emociones y desafíos. Junto a Macarena tuvimos la tremenda oportunidad de escaparnos primero a Cozumel, México, y luego a Buenos Aires. Además fue un año de mucho estudio y trabajo. Y, por supuesto, fue un año marcado por historias que superaron la ficción y dejaron su huella simbólica en el lugar donde nacimos y seguimos creciendo: Piñera en enero, terremoto en febrero, mineros a mitad de año y el infierno de Dante en San Miguel, con 81 compatriotas quemados vivos.



A pesar de tanta cosa, en las micros, los aviones, los mall o los cafés; siempre quedó algo de tiempo para leer, ir al cine, escuchar música o ver una serie. En definitiva, escapes a ficciones y ritmos que acompañaron el rodar de los días.

Y dado la velocidad con que pasan las semanas y los meses, así como lo escaso del tiempo para conversar de estas cosas con los amigos y la familia, no está demás hacer un breve recuento de aquellas que parece necesario compartir o al menos recomendar.

En literatura hay cuatro libros que marcaron mi año. El primero de ellos es de un japonés llamado Haruki Murakami, titulado Tokio Blues. A él llegué en la Feria del Libro de Viña del Mar y lo leí durante nuestro viaje a Cozumel. Esta es una novela narrada por un personaje que comienza a recordar su pasado mientras desciende en un avión y escucha una canción de los Beatles. La historia sucede en el Tokio de los años 60 y está vinculada con temas que uno sospecha de Japón y la modernidad: el suicidio, la soledad, la amistad, el sexo y la búsqueda de una identidad que permita a los jóvenes protagonistas seguir viviendo sus, a veces, inexplicables vidas.

En pleno invierno 2010, en el respiro previo al segundo semestre del Magíster en Comunicación, llegué a dos libros de autores chilenos, publicados en junio del mismo año. El primero de ellos, es un libro de cuentos urbanos, escritos por Germán Marín bajo el título de Compases al Amanecer. El segundo, una novela ambienta en el Valparaíso de los años 90, con protagonistas que se desarman a lo largo de la historia, como los ideales que algunas vez abrazaron. Debido a la cercanía y a la fluidez del texto, debo reconocer que Estrellas Muertas de Álvaro Bisama es un libro que devoré en una noche y que disfruté mucho.



El libro de las ilusiones
En el último mes del año, con los días más soleados y sin los ramos del Magíster, me sumergí en la obra de un autor norteamericano que me causa bastante simpatía: Paul Auster. De él he leído El Palacio de Luna, Brooklyn Follies, El libro de las Ilusiones y, este mes, Invisible. Desarrollada entre Nueva York y París, esta obra cuenta la historia de un estudiante de la Universidad de Columbia, quien sueña con ser poeta y editar una revista. Ideales que podrían verse concretados gracias a la ayuda de un mecenas un tanto impulsivo, motivado por cierta atracción sexual tanto de él como su pareja hacia el supuesto beneficiado.



Paul Auster tiene esa capacidad de narrar historias en un lenguaje simple, con situaciones cotidianas que van adquiriendo características dramáticas a lo largo del relato, hasta envolver al lector y sumergirlo en una trama que no se resuelve hasta el final de la historia.



Desde el ámbito de la no ficción, este año nuevamente leí un libro escrito por María Olivia Monckberg, merecida ganadora del Premio Nacional de Periodismo 2009. Cargada de datos, con una visión profunda sobre el tema y una clara postura al respecto, esta periodista titulada de la Pontifica Universidad Católica es una especie de Quijote en un medio donde reina la mediocridad. Con su pluma a cuestas y una gran rigurosidad, indaga en temas donde prima el doble estándar y se cuecen las habas de parte importante de nuestra economía nacional asociada a aspectos tan relevantes como la educación superior o la comunicación. Los Magnates de la Prensa es un trabajo que a ratos puede agotar por la excesiva cantidad de datos y nombres que publica, pero es una lectura obligada para entender la forma en que se administran los medios de comunicación en Chile. De la misma manera que El Negocio de las Universidades en Chile lo es para entender los intereses que se tejen en la educación superior.

En la misma línea, pero a escala global, No Logo de Naomi Klein es un texto antiguo -1999-, pero fundamental para conocer la otra versión de esta economía basada en la promoción de las marcas y la terciarización de la mano de obra. Analizado desde sus orígenes, la autora describe cómo se va configurando esta nueva forma de entender la economía, el marketing y las finanzas, para posteriormente adentrarse en el patio trasero del negocio, donde se esconde una mano de obra barata, casi esclavizada, en lugares recónditos de nuestro globalizado planeta. Marcas como Nike, Adidas, Mc Donals o Starbucks son citadas y denunciadas de manera recurrente en el desarrollo del texto, el que a estas alturas se ha convertido en un clásico que no pierde vigencia.


En experiencias cinematográficas, creo que las películas que más disfruté este año fueron Red Social, de David Fincher, sobre el fundador de Facebook; La Cinta Blanca, de Michael Janeke, sobre la infancia Alemana que posteriormente sería los adultos del periodo nazi; Partir, película francesa que trata de una mujer que se enamora de un maestro de la construcción, deja a su familia y sufre los rigores de una asfixia económica que la llevan al borde de la desesperación; Mi Familia, film que cuenta la crisis familiar de un matrimonio de lesbianas cuando conocen al hombre que donó semen para engendrar a sus dos hijos, con toques de comedia y drama, esta cinta es un buena radiografía de la familia moderna en algunos lugares de occidente. Por último, el Escritor Oculto, de Roman Polanski, narra la historia de un escritor que se dedica a elaborar la "autobiografía" del ex primer ministro británico, desde el anonimato, acercándose a los oscuros nudos que mueven el poder y viéndose enredado en ellos.



Mi serie favorita sigue siendo Mad Men... con excelentes guiones y una muy buena fotografía, esta historia de la agencia de publicidad neoyorkina de los años 50 entretiene y grafica la historia de la publicidad en la cuna del capitalismo contemporáneo, con todo el cinismo y el estilo de una época muy particular, donde se engendra el tipo de sociedad que tenemos hoy. 100% recomendable.


Discos

Para cerrar, algunos discos que nos acompañaron en nuestros viajes a La Ligua, Santiago, Petorca, Valparaíso y Viña del Mar: The Killers, Day and Age (2008); The Magic Numbers, Those the Borkes; Arcade Fire, The Suburbs (2010); Los Tres, Coliumo (2010); Shakira, Sale el Sol (2010); Fito Paez, Confía (2010); Gorillaz, Plastic Beach (2010); Julieta Venegas, Otra Cosa (2010); Miguel Bosé, Cardio (2010); Mayer Hawthorne, A Strange Arrengement (2009), Emmanuel Horvilleur, Amor en Polvo (2010); Francisca Valenzuela, Muérdete la Lengua; Gepe, Audiovisión (2010)... Y para la intimidad del hogar LCD Soundsystem, This is Happening (2010); New Pornographers, Together (2010), She an Him con Volume One y Volume Two; más la banda sonora de Juno, y muchas canciones descargadas mientras escuchaba Radio Horizonte y Play FM. Más los reggaetones y la música bailable que he ido descubriendo en los ranking de la 40 Principales. En síntesis, una ensalada de ritmos para consumir en distintas ocasiones.

Con esta compañía narrativa, fílmica y musical se nos fue el 2010... ¡A preparar la vista y los oídos para descubrir lo que nos deparará el 2011!

¡Feliz año nuevo!

PD: Y si tienes algún libro, película o disco para recomendar... agregálo en los comentarios.

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