domingo, 8 de agosto de 2010

La Cinta Blanca


Ver La Cinta Blanca me recordó aquellos ciclos de cine que organizábamos en la universidad, donde solíamos asistir los organizadores y, con suerte, un par de personas más. Si mal no recuerdo, la gracia era mostrar un director por semana. Entre los nombres que me quedaron grabados están los de Tarkovski, Kurosawa y Bergman.



El blanco y negro, la fotografía cuidada y el relato lento de estos directores me enseñaron a disfrutar un tipo de cine que invita degustar la imagen, con momentos en que la acción se detiene y quedan uno o más espacios para la reflexión del espectador.

En la cultura 3D, estos espacios no suelen ser valorados y, por ende, este tipo de producciones no son habituales. Si es que existen, tienen la suerte de llegar a alguna sala de cine local sólo si son premiadas con alguna nominación al Oscar u otra estatuilla.

La Cinta Blanca, del director Michael Haneke, nos invita a regresar a un cine clásico, desprovisto de grandes efectos cinematográficos, cargado de una muy buena fotografía y con una historia que se desarrolla de manera lenta, pero cargada de emociones y sentimientos que afloran en las expresiones rígidas de sus protagonistas: los niños de un pueblo alemán, previo a la primera guerra mundial, y un grupo de adultos que se esmera en administrarles diversa clase de castigos para normalizarlos y volverlos parte de la "sociedad".

La cinta es más que recomendable, siempre bajo la advertencia de que la narración de la película no es del tipo de cine que uno está acostumbrado a ver en la actualidad.

Si no se tiene eso presente, uno puede terminar dándose botellazos en la cabeza o abandonando la sala a mitad de la proyección, como sucedió en el cine donde tuve la suerte de verla.

1 comentario:

  1. Buena Flaco, que buena que has vueltoa y aquí seguiremos atento. Es curioso si que te hayas encontrado con harto cine alemán, y que recuerdo de esos ciclos de cine, donde para hacertele honor a la verdad, hubo un tiempo en que tuvimos exito de público con gente yendo a buscar más sillas a las otras salas. Ni hablar de los organizadores, que llegaban siempre tarde a dar la película quien sabe por que...

    Yo creo en todo caso que levábamos más gente que el mismo Cine Arte, donde a menudo ocurre lo que comentas: no más de 5 personas en la sala, de hecho existía una frase (bastante prejuiciosa aunque certera) por esos años y que decía algo más o menos así: "Tarkovsky, ideal para espantar novias superficiales"

    Coo ves, bastante prejuiciosa, pero quien no lo es a los veinte ?

    Saludos hermano!

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