martes, 10 de febrero de 2009

Para partir, lo que nos mueve


A poco más de un mes para casarme, las circunstancias me han hecho dar un vistazo hacia el pasado. Metros antes del altar, desde la puerta de la parroquia y en dirección hacia atrás, se acumulan los recuerdos y las miradas de una vida.

Hacia delante la esperanza y el regocijo de sentirse haciendo las cosas bien. Independiente de las formalidades, más allá de las columnas de la iglesia, diviso un futuro construido por nuestras propias manos, donde Macarena y yo apostamos por estar una vida juntos.

En el camino florecerán risas, complicidades y desafíos. La vista fija en el firmamento antes de volar alto, los dos tomados de la mano, con una sensación de vértigo en el estómago y una sonrisa en el rostro.

Continuará el esfuerzo individual por seguir descubriéndonos día a día, darnos espacios para crecer, reflexionar y seguir cambiando.
Y cuando esto nos sucede, la emoción de dar una gran paso en la vida nos invade el alma. ¡Dan ganas de compartirlo, bailar y gritarlo!. Uno no puede quedarse dormido, los sentidos se avivan, la mirada se afina, los colores brillan más fuerte y es imposible no comunicarlo.

Llamamos a los amigos y los familiares, los invitamos a una gran fiesta y todos celebramos la felicidad de estar juntos, recordando a los que no están y aprendiendo de la lección de su partida que cada minuto es precioso y es necesario compartirlos.

Pero junto con la fiesta y el regocijo de inicar una nueva etapa de nuestra vida, me surge esta necesidad de seguir viendo el entorno, ejercitar la capacidad de sorpresa y lanzarme a escribir o retratar aquellos aspectos de la vida que nos parecen dignos de compartir con las personas que queremos, pero también con aquellas otras personas, que como uno, hoy construyen su vida diaria en los distintos lugares del mundo, en forma anónima y por sobre todo humana.

Sobre esta vida cotidiana, con cierta mirada de provincia y aires porteños, se trata el presente blog. Su nombre lo recuperé de una publicación que edité un par de veces en mi vida universitaria y que tenía por objetivo ser un puente para concetarme con otros a través de la lectura y la fotografía.

Esa publicación ya no la fotocopio ni la vendo en las micros, pero su nombre me recuerda ese algo urbano, transitorio y sensible que vivimos a diario.

De esa necesidad de comunicar debieran brotar los futuros textos que vayan dando vida a este blog llamado "Pasajero de Micro".

Adelante.

jueves, 5 de febrero de 2009

Qué pasa, Che




Hace unos días fui a ver la película "Che, el argentino". La cinta relata la experiencia de Ernesto Guevara, su relación con Fidel Castro y cómo surge el vínculo con el proceso de la revolución cubana.
De la figura del guerrillero que se presenta en el film me gustaría destacar algunos conceptos morales más que cinematográficos. Previo a eso, señalar que la actuación de Vinicio del Toro es muy buena, la narración de la película a veces parece más propia de un documental y la duración, si bien para algunos puede ser excesiva, para mí anduvo bastante bien.

Respecto a la moral de la figura presentada, me gustaría destacar tres conceptos que me surgieron durante la proyección de la película: fe, educación y constancia.

La fe en un objetivo superior, pensado para obtener la felicidad y el bienestar de la comunidad, redistribuir las riquezas y hacer justicia. La fe en la capacidad del hombre para construir su propia historia, haciéndose cargo de todos los integrantes de la sociedad. Dando prioridad a la dignidad de las personas y enfrentando a quienes menoscaban la integridad de los pueblos.

Vivir reflexionando y aprendiendo. Escribir un diario que relate las acciones que efectuamos tras nuestras creencias, la evaluación moral de los métodos utilizados y la búsqueda constante de nuevas herramientas para crecer como personas. Pero junto con aprender en la acción cotidiana, tener la capacidad de compartir estos conocimientos y a la vez aprender de la experiencia del resto de las personas que nos rodean.

Dar el primer paso y luego continuar caminando. Una vez que sabemos donde queremos llegar, embarcarnos y luchar para ver cumplidos nuestros sueños. Saber esperar en los momentos difíciles y aprender a reaccionar ante las oportunidades de manera oportuna.

Lo terrenal. Las armas, las negociaciones con los poderes locales y las influencias de potencias políticas suelen desvirtuar los conceptos recién mencionados. De ahí la trascendencia de la figura y la historia del Che Guevara. Pues su lucha fue ir construyendo sueños, para que luego otros los administraran. Esa es su principal fortaleza, pero también una gran debilidad si queremos saltar de la filosofía a las acciones cotidianas.

Creo que aproximarse a la vida de este personaje y sus ideales, a través de una buena actuación y una buena puesta en escena, son una gran oportunidad para reencontrarnos con creencias un tanto empolvadas, pero más que necesarias para hacer frente a un mundo cargado de indiferencia e instantaneidad.

Lástima que la película haya estado sólo una semana en cartelera. Pero lo sabemos, así es el mercado... de todas maneras, pronto vendrá el DVD.